
Se entiende por coaliciones tarsales a la unión anormal que evoluciona entre los dos huesos en la parte posterior del pie, en concreto en los huesos del tarso. Estos puentes pueden ser fibrosos, cartilagionosos u óseos, presentan dolor y pueden incluso limitar el movimiento.
Existe una indicencia de estas coaliciones congénitas del torso del 1%, siendo una causa bastante común en el pie plano rígido sobretodo en la población pediátrica. Además suele estar interelacionado y conlleva un 50-60% de los casos en incidencia bilateral.
El 90% de las coaliciones tarsales se encuentran en la zona anterior entre el astrágalo y calcáneo; no obstante también se puede dar en el espacio entre el calcáneo y el escafoides.
La mayoría de los síntomas suelen manifestarse en la adolescencia entre los 9 y 16 años, apareciendo una deformidad que avanza conforme pasa el tiempo provocando valgo con arco caido, limitación del movimiento subtalar y pequeños espasmos de los peroneos.
Los principales signos y síntomas se pueden distinguir entre los siguientes:
- dolor
en marcha o en bipedestación
rigidez del pie y tobillo
pie plano
piernas cansadas
espasmos musculares en piernas, provocando que el pie gire hacia afuera cuando se camina
No obstante, se considera que sólo el 25% de los pacientes con esta afección son sintomáticos. Aún así, siendo sintomático o asintomático, la modificación de la marcha provoca un incrementeo del estrés en las articulaciones afectas y en las articulaciones próximas pudiendo encaminarse a una artrosis tardía.
Hay que tener en cuenta que el dolor provocado por la coalición tarsal aumenta con la actividad física y disminuye con el descanso. Suele inducir en una marcha dificil, sobrtetodo en superficies irregulares, ocasionando incluso cansancio de los pies.
El diagnóstico radiológico suele realizarse con proyecciones laterales a 45º y oblicuas del pie, siendo necesario en ocasiones recurrir a la tomografía computarizada. Muchas veces es dificil de identificar debido a que los huesos de los niños no están endurecidos.
Por lo que respecta el tratamiento, se debe incidir en reducir el dolor y restaurar el movimiento. Se distinguen varias opciones dentro del enfoque no quirúrgico, que pueden ser:
- terapia
física
inyecciones de esteroides
medicación
inmovilizaciones
plantillas
La cirugía solo puede ser una opción si no se alivian los síntomas. En pacientes mayores, está indicada la triple artrodesis mientras que en los pacientes más jóvenes puede ser muy efectiva la artrodesis subastragalina aislada.
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