
Si eres un aficionado del
ciclismo a continuación puedes encontrar algunas ideas sobre el calzado a
utilizar durante la práctica deportiva.
Los zapatos de ciclismo son una
de las piezas más importantes dentro del equipamiento. Éstos deben tener un
vástago estable para transferir eficientemente la potencia de los pies a los
pedales. La falta de apoyo del vástago
en zapatillas permite que el pie se colapse por el arco durante el pedaleo,
provocando dolor, problemas en los tendones o quemazón debajo de la parte
inferior del pie. Tener en cuenta que un
vástago rígido protegerá tus pies del estrés del pedaleo.
Mencionar que si una persona ha
tenido anteriormente algún problema con los pies es recomendable invertir en un
zapato de ciclismo específico y lo más personalizado posible. Por ejemplo,
aquellos ciclistas con juanetes o dedos en martillo deben escoger un zapato más
amplio que ayude a acomodar el pie.
Es importante también aprender
la técnica de pedaleo para evitar el balanceo del pie y así prevenir algunas de
las lesiones más típicas del ciclismo.
Para aquellas personas ya
experimentadas, que presentan algún tipo de dolor después de un recorrido
corto, se le aconseja acudir a un especialista para la realización de un
estudio biomecánico e intentar aliviar ese dolor mediante la corrección de un
posible desequilibrio tanto a nivel de bicicleta como de plantillas.
Recordar que el pie está
diseñado para caminar, no andar en bicicleta. Al caminar tenemos tres fases de
movimiento del pie: golpe de talón, posición media de la planta del pie y la
punta. Mientras que para montar en bicicleta, los movimientos cíclicos se
realizan siempre con el mediopie. Los ciclistas necesitan que su pie sea como
una palanca rígida para poder transferir la potencia al pedal.
A veces, los dedos de los pies
se pueden dormir durante la práctica del ciclismo por lo que lo idóneo sería que
se le echara un vistazo a lo apretados o
estrechos que puedan ser los zapatos ya que estos están apretando excesivamente
los dedos.
En resumen, es fundamental la
utilización de un calzado adecuado al tipo de bicicleta, terreno y también
talla del pie. Todo ello hay que tenerlo en cuenta para minimizar al máximo las
lesiones típicas del ciclismo.
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